Cuando pensamos en escapar de la gran ciudad, de la rutina, y queremos buscar un remanso de paz en plena naturaleza, enseguida se nos viene a la cabeza una porción de tierra rodeada de agua. Hoy viajamos hasta una pequeña isla que se encuentra al este de Menorca. ¿Te animas a conocer Isla Colom en tu próxima visita? ¡No te arrepentirás!
Colom es la isla más grande de todas las que rodean Menorca, con casi 59 hectáreas de extensión, y oficialmente pertenece al municipio de Mahón, formando también parte del espectacular Parque Natural de S’Albufera des Grau. En el siglo XVIII fue utilizada como lazareto en aquella época en la que España recibió a los esclavos liberados por Argelia.
Su punta suroeste es conocida como Punta Des Macs y la sureste es denominada como Bóu I Sa Vaca. Al norte tenemos el Cap des Mestral y en su vertiente este, como no podía ser de otra forma, nos encontramos con el Cap de Llevant.
Esta singular isla menorquina cuenta con dos playas, ambas sin servicio alguno ya que son arenales completamente vírgenes. La playa del Arenal d’en Moro es quizá la más frecuentada, y es reconocible por el promontorio rocoso que se levanta ante ella sirviéndola de escudo protector. Más al sur, divisaremos la playa de Tamarells (Tamarindos), que cuenta con una caseta para embarcaciones de recreo en su extremo más septentrional. Visitar cualquiera de estas dos playas fuera de temporada con tu pareja será lo más cerca que has estado del paraíso.
Colom conserva una población de lagartijas -la Podarcis Lilfordi Baleárica- que también habita en casi todos los islotes que rodean Menorca, y cuenta con numerosas aves marinas tales como halcones, cormoranes, pardelas y milanos que la planean a sus anchas en cualquier época del año.
Apenas 200 metros separan la isla de «tierra firme», así que para visitar y hacer turismo en la Isla Colom existen varias opciones: disponer de una embarcación que os permita acercaros hasta la costa o en su defecto contratar una de las travesías que salen hacia allí desde el pueblo de Es Grau. Para los más deportistas dejamos la opción de hacer una entretenida excursión en kayak (apta para todos los públicos y muy recomendable) con alguna de las empresas locales especializadas. Menorca Estació Naútica, Menorca en Kayak o Xmigrations son tres buenas referencias si no dispones de tu propio kayak para llegar hasta Colom.
Una Una vez allí os daréis cuenta de que, si hablamos de edificaciones, en la isla sólo queda en pie una casa de unos 100 metros cuadrados del siglo XVIII, un almacén anexo de unos 30 y una cabaña de madera. También hay dos pozos de agua dulce, uno de ellos convertido en noria en la época en que la isla era objeto de explotación agrícola y ganadera. Como curiosidad, apuntar que si queréis hacer turismo en la Isla Colom debéis saber que es propiedad de un empresario americano de origen cubano desde el pasado verano de 2018, cuando pagó por ella algo más de 3 millones de euros tras haber conseguido una «sustancial» rebaja de casi el 40% respecto a su precio de salida.
Pero lo que realmente resulta más llamativo de Isla Colom es el mar que la rodea y, en concreto, sus fondos marinos. Sus aguas de un azul casi cristalino albergan amplias praderas de posidonia (esa planta terrestre adaptada al medio marino, exclusiva del Mediterráneo, de lento crecimiento y de tanta importancia para la biodiversidad de la zona y de las Baleares en general). Hay puntos muy cercanos a Colom donde la posidonia llega a formar pequeños arrecifes donde poder disfrutar de un sinfín de texturas, colores y de organismos inexistentes en la superficie como las esponjas, las anémonas o las ascidias. Sus fondos son ideales para practicar snorkel y submarinismo debido a la calidad y la calidez de sus aguas pero, sobre todo, a la increíble transparencia que ésta alcanza en algunas zonas. Si es la primera vez que te cuelgas una botella a la espalda, ten en cuenta estos consejos para ir bien seguro a la hora de sumergirte en el mar.
Una vez presentado este recóndito rincón de la costa menorquina, sólo queda que añadas una vista a Isla Colom para sentirte como un auténtico Robinson Crusoe del siglo XXI.